Empresas de toda Europa están utilizando más que nunca móviles para desarrollar su actividad profesional. De acuerdo con la nueva investigación que ha lanzado Cat phones, la presencia de dispositivos robustos es cada vez más fuerte en el entorno laboral debido al aumento de costes y la pérdida de productividad que supone la adquisición de los teléfonos estándar, que son demasiado frágiles para un uso intensivo laboral, así como a causa de las costosas de lo que son sus reparaciones y los numerosos reemplazos que acaban requiriendo.
Según una encuesta realizada a los responsables de compra de teléfonos móviles en 497 empresas europeas, el 69% de los usuarios siente que los teléfonos se dañan fácilmente. El 69% también piensa que están gastando más dinero que nunca en teléfonos de empresa. De hecho, más de la mitad de los encuestados dicen que la reparación y el reemplazo de dispositivos dañados es un problema creciente en su negocio.
El 99% de los compradores de teléfonos de empresa ha tenido que lidiar con daños en los teléfonos de su compañía en los últimos tres años, y el 86% dice que se han producido daños lo suficientemente significativos como para requerir reparación o reemplazo del dispositivo de un empleado. Las causas comunes que hacen que un teléfono quede inoperativo temporalmente son: la rotura de la pantalla (62%), la rotura física del propio teléfono (47%), daños producidos por el agua (44%) y fallos causados por la entrada de polvo o arena en el dispositivo (21%).
La productividad también se ve afectada cuando los empleados trabajan sin teléfono móvil mientras el suyo se repara o reemplaza. El 31% de las empresas han reportado un gran impacto en la productividad y un 40% más hablan de un impacto notable de la productividad por esta situación (71% de empresas afectadas en general). Esto se ve agravado por los tiempos de reparación. Solo el 21% afirma que las reparaciones duran un día hábil, mientras que la mayoría (63%) apunta que las reparaciones pueden durar desde dos días hasta una semana laboral. Un 16% ha visto que algunas reparaciones incluso llevan más tiempo.
Una investigación llevada a cabo por los principales analistas de comunicaciones móviles, CCS Insight, indica que a uno de cada tres consumidores europeos se le ha roto la pantalla de su smartphone en los últimos tres años. Reemplazar una pantalla rota en un teléfono inteligente de gama alta sin seguro no es barato. Por ejemplo, la reparación de la pantalla en los teléfonos inteligentes más nuevos puede costar entre 150 y 360 €, mientras que otras reparaciones importantes como daños producidos por líquidos o agua, o arreglar botones rotos, podrían costar hasta 650 €.
Por tanto, la durabilidad del dispositivo se ha convertido en una de las principales consideraciones a tener en cuenta por los departamentos de IT y los encargados de la compra de los teléfonos móviles en las empresas, además de la conectividad, la seguridad y la manejabilidad del dispositivo.